Así es como he ido desde el día que llegué a este plano-planeta-planificado: A CARA DESCUBIERTA.
Hoy en un gran almacén de ropa me he encontrado con una situación "divertida": me querían invitar a salir del establecimiento por llevar la cara destapada.
Algunas frases célebres hablando con el encargado han sido:
-Llebo un año con la misma batalla y sí, tengo derecho a comprar.
-Como le he dicho al de seguridad, si tengo que irme antes quiero ver el documento de derecho de admisión donde pone que sin MAScarilla no pueden entrar los clientes.
-Me he asesorado con abogados y juristas.
-Ya que citan el real decreto hablemos de leyes. La ley contempla exenciones verdad? Bien, pues estoy exenta.
-No le enseño el papel de la exención porque es mi vida privada y no les conozco de nada.
(Entonces él dice que cualquiera puede decir que está exento y entrar sin MAScarilla).
Y le digo:
-¿Por qué no les va a creer? ¿Cree que soy una mentirosa?
Si tengo que enseñar el papel a un juez denuncieme y lo enseñaré.
(mi papel de exención no es médico, es un documento donde he recogido la ley y algunos artículos de la Constitución).
-Si quieren tener un debate jurídico podemos estar hasta las 14 del medio día (eran las 12).
-Yo a usted no le digo que se quite la MAScarilla o que se la ponga.
-Si tenemos que hacer caso de lo que dice la tele mal vamos.
-si ya está el 70% vacunado y todos vais con MAScarilla, no soy un peligro.
Y ha acabado diciendome:
-bueno, entonces qué quiere?
Y yo: comprarle ropa a mi hijo.
Ya la había elegido, así que me quedaba ir a caja y pagar.
Entonces ha sido cuando me han escoltado hasta la caja y el encargado le ha dicho al cajero:
-no te acerques a menos de 2 metros vale?
Pobre chico. Como si yo fuera radioactiva, contaminante, apestada y altamente peligrosa! 🤣
Estaban todos desubicados, yo pensaba q estarian acostumbrados a recibir la visita de algun ser libre de vez en cuando !!
En los súpers de alimentos no me encuentro con estos espectáculos.
He de admitir que me he aislado de la ciudad, del ruido, de lo mundano, de zombilandia, del control.
Vivo en el campo, en la montaña, en la naturaleza, en la vida libre y salvaje, y de este modo no me cruzo a diario con mascarillos y bozaleros. No podría lidiar estas batallas a diario, así que entro al mundo hostil del covidianismo una vez a la semana, como mucho, y salgo de ese mundo hostil cagando leches. El resto de semana estoy en mi mundo paralelo, un mundo con espacio, tiempo y pensamiento propio.
¿Os apetece contar situación parecida? Os leo.
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