Cuando vamos a la playa a la hora de las gaviotas (las 19h.), podemos contemplar el maravilloso movimiento harmónico y fluido de sus alas. La perfecta convivencia con las palomas. Podemos sentir su libertad.
Observamos facilmente lo grande y retorcida que es la vida y la creación.
Os dedico esta canción que me acompaña desde esas edades tan rebeldes y emocionantes, esa época en la que te dicen que estás en la flor de la vida, esos tiempos de lanzarte al mundo con todo y con nada para descubrir lo mágico, lo esencial, las pequeñas grandes cosas. Ahí va para todos los espiritus libres!
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